
Este es el último artículo de un serial sobre aprendices ágiles. Si quieres empezar por los artículos anteriores visita los siguientes enlaces por orden:
Como comentaba en estos artículos, el cambio de las reglas se basa en que el foco no se pone tanto en enseñar los “hechos” sino en entrenar los “comportamientos que llevan al éxito”.
Las personas que pueden hacer cosas más difíciles, producen cosas más valoradas por la sociedad.
La sociedad tiende a valorar de manera superior las cosas que no todo el mundo es capaz de hacer, o las cosas que la mayoría de las personas encuentran difíciles. Para lograrlo, necesitas comportarte de manera inteligente.
Difícil es un término relativo.
Difícil no es un término absoluto, es algo relativo. Los problemas son solamente difíciles hasta que se convierten en fáciles y lo que es difícil para una persona puede ser fácil para otra.
Los problemas o desafíos no son difíciles por naturaleza, son nuestras habilidades para solucionarlo o la falta de las mismas, lo que indican si algo es difícil o fácil.
Para solucionar problemas difíciles, aparte de los conocimientos específicos sobre un problema, es necesario que nos comportemos de cierta manera. Esto requiere aprovechar un conjunto de habilidades y disposiciones generales que nos permiten comprometernos y solucionar el problema.
Los comportamientos que llevan al éxito.
Enseñar los comportamientos que llevan al éxito, qué bien suena, ¿cierto Pero puedes pensar que no sabes por dónde empezar y lo entiendo…
Por eso estoy aquí, para explicarte cómo lograrlo y, en este caso, comentarte que los investigadores Art Costa Y Bena Kallick encontraron las características que tienen en común las personas con éxito en la vida.
A estas disposiciones las denominaron los hábitos de la mente.
Habilidades como la persistencia, manejar la impulsividad, ser capaces de crear innovar e imaginar, pensar de manera interdependiente… Junto con el resto de hábitos nos permiten solucionar los problemas difíciles.
Enseñar cómo funciona el cerebro.
Enseñar habilidades del siglo XXI como los hábitos de la mente es complicado, pero se ha demostrado que aprender estas habilidades tiene un mayor impacto si antes se ha explicado a los alumnos los términos de plasticidad del cerebro.
Enseñar a los alumnos cómo funciona su cerebro cambia la respuesta al aprendizaje, contribuye al desarrollo de su mentalidad de crecimiento y les permite comprender que pueden cambiar sus características más básicas incluyendo sus talentos, su inteligencia y sus habilidades.
Algunos alumnos simplemente no consiguen mucho más por su pensamiento sobre el esfuerzo o porque tiene una visión fija de su inteligencia o sus habilidades.
Desarrollar el poder de aprendizaje.
Combinar la mentalidad de crecimiento con los hábitos de la mente es una combinación muy potente.
Conocer y aplicar comportamientos que conducen al éxito, unido a la comprensión de que el cerebro es como un músculo, permite poder adaptarse a nuevos sectores e incrementar la rapidez del aprendizaje. Esto es debido a que muchos de los comportamientos que te hacen experto en un área elegida, se pueden aplicar a nuevos dominios o temáticas.
El poder de aprendizaje no es suficiente.
Si en el siglo XXI fuese simplemente suficiente enfrentarse a problemas más difíciles que tienen que solucionar las siguientes generaciones, desarrollar el poder de aprendizaje sería suficiente, pero no es tan sencillo.
Lo complejo para la siguiente generación no es que los problemas sean más difíciles, es que ocurrirán de forma impredecible, cambiante y con frecuencia en entornos volátiles.
Nuestros alumnos no sólo necesitan poder solucionar problemas más difíciles, necesitamos que respondan a nuevos problemas en un mundo disruptivo, no sólo necesitamos pensadores poderosos, necesitamos como propone James Anderson: Aprendices ágiles.
La práctica deliberada.
Ericsson, experto en el campo de la adquisición de la excelencia, ha dedicado su carrera a describir el proceso por el cual las personas de gran rendimiento consiguen desarrollar sus talentos. Describe la mejor forma de practicar para incrementar el talento y las habilidades.
Este tipo de prácticas se trata de enfocarte más allá de tu zona de confort, en la denominada zona de aprendizaje.
Practicar en la zona de aprendizaje genera la construcción de nuevas habilidades, cambiando la forma en la que tu cerebro funciona.
Ericsson describe esta práctica como práctica deliberada o práctica con propósito.
Esto significa que practicamos de una manera que nos sirve para expandir nuestras habilidades.
Las personas con más éxito del siglo XXI son aquellas que son más adaptables: aquellas que son capaces de adaptarse en la disrupción. Aquellas personas que constantemente construyen nuevas habilidades para enfrentarse al cambio.
Para ser aprendices ágiles, los educadores tenemos que unir tres conocimientos:
– La mentalidad de crecimiento.
– Los hábitos de la mente.
– La práctica deliberada.
Como describe James Anderson:
“El aprendiz ágil es aquel que reconoce que vive en un mundo impredecible, cambiante y disruptivo. El aprendiz ágil es aquel que entiende la causa de esto, comprende que no tiene actualmente la capacidad de solucionar cada problema que es probable que encuentre.
Sin embargo, los aprendices ágiles comprenden que son capaces de cambiarse a sí mismos, que pueden desarrollar sus hábitos de la mente y aprender a comportarse de forma más inteligente. Esto les permite a ellos comprometerse de manera más efectiva con la práctica deliberada y haciendo eso, dirigirse de manera más exitosa hacia los problemas más difíciles.”
La educación tal y como la conocemos no nos ha equipado con todas las respuestas, ni del conjunto de habilidades para enfrentarse al siglo XXI.
Es el momento para empezar a generar un cambio, el momento para que te conviertas en un coach de aprendices ágiles.
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Cómo abordarlo desde el universo Baby Boomer para quienes la experiencia previa (muchas veces exitosa) es el impedimento a nuevas competencias
La mejor forma de abordarlo es ser un ejemplo de aprendiz ágil y a partir de aquí puedes entrenar esas habilidades, en realidad es la única forma de conseguir un buen resultado.