Si te diesen a elegir una solo cosa que pueden aprender tus alumnos para toda la vida. ¿Qué elegirías?
En este caso imaginario, definitivamente, elegiría que aprendiesen a desarrollar y enfocarse en una mentalidad de crecimiento.
Seguramente te estás planteando:
¿Qué es la mentalidad de crecimiento?
El término mentalidad de crecimiento se le atribuye a Carol Dweck, quien fue la precursora de este término después de su investigación con un gran número de estudiantes, ella y su equipo comprobaron cómo los estudiante se percibían a sí mismos, a su aprendizaje y las posibilidades que tenían de lograrlo.
En su libro “Mindset, la actitud del éxito” Identifica dos tipos de teorías de la inteligencia: Teoría fija y teoría de crecimiento.
La teoría fija de la inteligencia significa que crees que la inteligencia es limitada y fija. Es algo que todo el mundo posee y la cual es fija e incambiable, diferente para cada persona.
Y la teoría del crecimiento significa que crees que la inteligencia está abierta al cambio, que puedes crecer dependiendo de las acciones que tomas y que es posible para todo el mundo.
De esta manera identificó que la personas tenemos una predisposición hacia la mentalidad de crecimiento o hacia la mentalidad fija.
Te explico un poca más en detalle las características de cada mentalidad:
Mentalidad fija:
La mentalidad fija se basa en la creencia central de la que la inteligencia, las habilidades y el talento son fijos y estáticos.
Las siguientes creencias que tienden a aparecer de la premisa central de la mentalidad fija:
- Esforzarse no tiene sentido.
- El feedback o retroalimentación tiene que ser eliminado.
- No tiene sentido persistir si no lo has logrado ya.
- Tiene poco sentido pensar sobre tus propios pensamientos.
Puedes notar que todos provienen de la premisa central. Si tu crees que el talento, las habilidades y inteligencia son fijos, no tiene ningún sentido que te esfuerces. Esta es la conclusión más lógica. De manera similar que si no puedes cambiar para que necesitas ningún tipo de feedback si ya está hecho…
Mentalidad de crecimiento:
La mentalidad de crecimiento se basa en la creencia central de que la inteligencia, las habilidades y el talento se pueden desarrollar.
Las siguientes creencias que tienden a aparecer de la premisa central de la mentalidad de crecimiento:
- El esfuerzo es el camino a la maestría.
- El feedback te puede ayudar a desarrollarte y a crecer.
- Los desafíos son oportunidades de aprendizaje y tienen que ser aceptados.
- Persistir en algo te permite ser mejor en ello.
- Pensar sobre tu propio pensamiento significa encontrar maneras de mejorarlo.
Cuando crees que el talento, la inteligencia y las habilidades pueden desarrollarse, tiene sentido ver el esfuerzo como el camino hacia la maestría. De manera similar tiene lógica que admitir que la persistencia te puede ayudar a ser mejor en algo. El acto de persistencia te permite practicar, observar que funciona y que no, aprender de los errores y como resultado ser mejor en esa cosa en cuestión.
¿Cómo aparece o se desarrolla una mentalidad u otra?
Nadie nace con una mentalidad determinada, esta se desarrolla a lo largo del tiempo influenciado por experiencias que se viven.
Experiencias positivas te pueden empujar hacia una orientación a la mentalidad de crecimiento mientras que experiencias negativas te pueden empujar hacia la mentalidad fija.
Estás experiencias ocurren en casa, en la escuela, en el patio del colegio, en la actividad deportiva… Y establecen nuestra mentalidad.
Pero en definitiva, las mentalidades son creencias, un conjunto de creencias que adoptamos sobre nosotros y sobre que es posible que hagamos. Estas creencias influyen en nuestros pensamientos los cuales acaban influyendo en nuestras acciones.
Lo más importante a tener en cuenta es que la mentalidad está abierta al cambio, son solo pensamientos después de todo.
Un alumno que en la actualidad tiene una mentalidad fija sobre las matemáticas no necesariamente tiene porque tener esta mentalidad en el futuro, por el contrario un alumno con una mentalidad de crecimiento hacia el inglés puedo perder esta mentalidad si sufre una mala transición de la primaria a la secundaria.
La mentalidad de crecimiento se puede entrenar y las creencias de l@s maestr@s y sus acciones influyen.
Crea un cultura del desafío para desarrollar la mentalidad de crecimiento en tus alumnos:
Para desarrollar la mentalidad de crecimiento te invito a que crees una cultura del desafío en el aula. El alumno tiene que entender que tu rol es el de ayudarle a ser su mejor versión y que por ello propones retos complicados.
Esto tiene una consecuencia cuando propones una actividad que al alumno le es muy sencilla, le estás fallando.
Cuando ocurre esto hazle saber que tu intención no era ponerle una actividad fácil en la que no está mejorando y planteale cómo puede hacerse más complicada. Estás alimentando el desafío.
Dos objetivos que te tienes que plantear para crear una clase desafiante:
1º El reto como norma. Aseguráte que el reto aparece en todas tus clases, esta manera que sea admitido, esperado y entendido
2º Proponte el cambio de la percepción de los alumnos hacia los desafíos.
Tres acciones para desarrollar la cultura del desafío en el aula.
1)Enseña a tus alumnos conceptos de neurociencia:
Enséñale cómo funciona el cerebro. Haciendo esto le entregas una comprensión de lo que pasa cuando ellos aprenden. Esto rompe todos los esquemas de los alumnos con mentalidad fija, demostrando lo que es posible y lo que no.
Puedes utilizar los recurso de Class Dojo sobre la mentalidad de crecimiento.
2)Establece un lenguaje de desafío:
Establecer un lenguaje de reto en tus clases, significa encontrar maneras con las que comunicar a los alumnos, que los retos son buenos y con las que generar una curiosidad por enfrentarse a ellos.
Hay diferentes opciones de generar un lenguaje de desafío.
Te propongo la opción de utilizar una serie de preguntas retadoras que puedes utilizar una y otra vez:
¿Cómo puedes incrementar el nivel de desafío en esta actividad?
¿Si hiciese esto más desafiante cómo responderías?
¿Cómo podrías hacer eso mejor, incluso aunque esté terminado?
¿Cuál es la cosa más desafiante que has hecho esta semana?
¿Cómo puedes convencer a alguien que ese desafío es una cosa buena?
3)Crear conexiones positivas entre los errores y los desafíos.
Si un alumno pasa por la escuela sin ningún error, la consecuencia es que no ha sido lo suficientemente desafiado. El lado contrario de esto es que los errores contrastan los desafíos. Si un alumno comete errores, el trabajo probablemente está al nivel que le permite mejorar lo que hace.
Para crear conexiones positivas entre los errores y los desafíos puedes:
– Compartir ejemplos de tu vida que demuestren los beneficios de disfrutar los desafíos.
– Explicar el tipo de pensamientos que tienes sobre los retos.
– Contar una experiencia que te haya supuesto un desafío, incluyendo los aspectos negativos y cómo pueden los alumnos responder a ello.
– Si un alumno ha cometido un error y no se ha dado por vencido hasta superar ese desafío pide que explique qué pensamientos tenía y como se siente ahora.
Nuestro objetivo como maestr@s es preparar a nuestros alumnos para un futuro en constante cambio, donde tendrán que ser aprendices ágiles para tener la capacidad de ser flexibles y adaptarse rápidamente a los nuevos desafíos.
Desarrollar en los alumnos la mentalidad de crecimiento es la base para que luego los alumnos puedan adquirir hábitos de la mente (habilidades del siglo XXI).
Mi propuesta es que l@s maestr@s tenemos que conocer cómo entrenar a nuestros alumnos para que sean aprendices ágiles. Por ello en mi curso Revoluciona tus clases dedico un bloque completo a desarrollar las estrategias para preparar a tus alumnos para que sean aprendices ágiles.
EL CONOCIMEINTO , NO SOLO SE ADQUIERE POR LEER, SINO TAMBIEN SE ADQUIERE Y SE ENRIQUECE POR VER Y MANIPULAR OBJETOS, COMO LA PRUEBA Y ERROR.
ASI, ES COMO APRENDIERON NUESTROS PADRES EN LA EVOLUCION DEL CONOCIMIENTO, DE ESTA MANERA, LOS ALUMNOS QUE ESTAN LEYENDO O VAN A LA ESCUELA, PUEDAN COMPLEMENTAR SU CONOCIMIENTO TEORICO CON LA PRAXIS.