
Hay una cosa que tienes que entender, aunque sé que puede doler en el orgullo. A mi me cuesta todavía asimilarlo, pero los educadores no enseñamos. Son los alumnos los que aprenden.
No quiero dramatizar, no estoy facilitando a los gobiernos que nos eliminen de la ecuación. Quiero que visualices la realidad.
Todas las personas aprendemos de las siguientes maneras:
- A través de lecturas.
- A través de imitación de otras personas.
- A través de vivencias (experiencias).
A todas estas situaciones se les une una reflexión de cada persona para que se produzca el aprendizaje.
Como educadores no podemos enseñar…
Pero sí podemos inspirar (ser un ejemplo), crear situaciones y un clima que favorecen el aprendizaje, generar la curiosidad e impulsar a los alumnos hacia su autodescubrimiento y proponer desafíos a los alumnos.
Por lo tanto hay que comprender que no hay aprendizaje, si tus alumnos no quieren aprender.
Esto nos tiene que hacer reflexionar y cambiar las prioridades, haciendo que el primer objetivo de todo educador sea generar un contexto de aprendizaje y después vienen los contenidos, pero no al revés.
Los dos sistemas del cerebro.
En otro artículo he hablado de los dos sistemas de nuestro cerebro, en este caso para generar ese contexto de aprendizaje, que invite al alumno a aprender, necesitamos la fuerza del sistema emocional.
Apelar a las emociones de tus alumnos aporta energía y determinación.
Y en el mundo del diseño de experiencias y gamificación hay que empezar a seguir esta norma: Si no hay emoción no sirve la gamificación.
3 frentes imprescindible para favorecer el aprendizaje.
Las emociones nos mueven y están implicadas en tres factores que debemos tener en cuenta para favorecer el aprendizaje:
- Atención.
- Interés.
- Motivación.
Atención.
Sin atención no puede existir el aprendizaje. La atención se puede considerar un bien cada vez más escaso. Pero lo que ya sabemos es que la atención no se presta, la atención se capta.
En este caso la sorpresa se convierte en nuestro aliado. Para ser sorprendente, es necesario que una situación no sea previsible, por lo que la sorpresa es lo contrario de la previsibilidad.
Las situaciones inesperadas favorecen el recuerdo, la sorpresa nos obliga a prestar atención y a reflexionar sobre lo ocurrido. Esto hace que esas situaciones queden grabadas en nuestra memoria.
Además la sorpresa nos invita a buscar una respuesta, contestar a la pregunta de por qué nos sorprendimos.
En nuestras clases podemos:
- Cambiar la organización del mobiliario,
- Introducir una música de repente,
- Cambiar el tono de la voz,
- Utilizar objetos relacionados con nuestros contenidos,
- Ocultar algún objeto (nos encantan los regalos embalados, por resolver el misterio),
- Podemos aparecer disfrazados,
- Utilizar un vídeo inspirador,
- Realizar la clase en un espacio diferente,
- Etc…
La idea es buscar cualquier excusa para romper con la rutina y poner a los alumnos en alerta para que se planteen, “esto no es lo habitual”
Interés.
Despertar el interés, significa ser capaz de mantener la atención en el tiempo.
Aquí los grandes expertos en mantener el interés son los guionistas de series, que siempre dejan un misterio sin resolver al final de cada episodio.
Para mantener el interés en nuestras clases, podemos hacer lo propone Robert B. Cialdini (en este artículo). Usar el misterio, como hilo conductor en nuestras clases, genera en nuestros alumnos la necesidad de encontrar una solución.
En este caso Cialdini inventó historias de misterio para sus clases, presentaba el misterio al inicio de sus clases, lo recordaba durante la exposición y entregaba la solución al finalizar la clase.
Lo que buscamos es dar un salto a la propuesta de imprevisibilidad y generar un interés más duradero.
La teoría de flow.
La teoría de flow hace referencia a la propuesta de Mihály Csíkszentmihályi que explica la psicología de las experiencias óptimas.
Para alcanzar este estado de flow se debe establecer un equilibrio entre la dificultad de un desafío y las habilidades que poseen los que realizan la actividad.
Mantener el interés de nuestros alumnos nos lleva a generar actividades que se sitúan en ese canal de flow, equilibrando la dificultad del reto y las habilidades de los alumnos para no caer en el aburrimiento ni en la frustración.

Motivación.
En este blog he hablado con frecuencia sobre los 4 grandes motivadores que nos mueven a todas las personas y en este caso te resumo brevemente cómo llevarlos a tus clases.
Relación: A las personas nos gusta pertenecer a un grupo, tener una identidad y poder compartir. En educación podemos orientar la motivación intrínseca fomentando la generación de sinergias entre nuestros alumnos.
Autonomía: A las personas nos gusta ser dueños de nuestras propias decisiones, poder elegir, poder personalizar, explorar… Tenemos que permitir a nuestros alumnos situaciones dentro de nuestras experiencias donde ellos toman las riendas.
Maestría: A las personas nos gusta progresar, nos encanta saber que vamos avanzando y que vamos superando “niveles”. Podemos marcar diferentes hitos, que indican al alumno que va avanzando en nuestro curso.
Propósito: A las personas nos mueve tener un objetivo claro y más si esa meta está relacionada con nuestros valores. Para promover un propósito en nuestras clases, podemos crear una misión compartida por todo el grupo.
Está claro que nosotros no tenemos el control sobre lo que los alumnos aprenden, pero si promovemos un clima de aula que invite al aprendizaje, conseguimos captar su atención, manteniendo su interés y finalmente conseguimos generar una motivación intrínseca hacia el aprendizaje, estaremos creando una estructura que los lleva a aprender.
Aunque luego influyen más factores, que no dependen de ti, como el interés de los alumnos por la asignatura, las experiencias previas de los alumnos, la situación familiar del alumno…
Con esos tres frentes y orientando a tus alumnos hacia una mentalidad de crecimiento el aprendizaje por su parte estará en camino.
¿Qué te parece esta propuesta?
En realidad es muy importante y útil todo lo que planteas aquí Juan, me parece interesante y sobre todo lo de salir de la rutina, la mayoría de los educadores suelen ser muy rutinarios al punto de que sus alumnos pierden el interés por aprender debido a la falta de atención y motivación, pero con todo esto yo en mi caso estoy en el proceso de pasar a dar clases y todo esto me sirve para la vida…
Gracias de verdad
ES UN TRABAJO DE ALTO NIVEL, MUY BUENO. LOS EDUCADORES SIEMPRE BUSCAN LO RUTINARIO Y NO HACEN NADA PARA APRENDER A ENSEÑAR. GRACIAS POR TANTO APOYO