Aprendizaje experiencial
Las experiencias educativas que buscan la innovación, no comprenden una única metodología, pero comparten entre sí la preocupación por la motivación del alumnado, como por ejemplo la gamificación.
El aprendizaje experiencial se centra en enseñar a los alumnos habilidades relacionadas con la creatividad y el emprendimiento. Su objetivo es que los niños y niñas construyan sus propias ideas, pero ojo, concentrándonos en la reflexión sobre el proceso y no tanto en el objetivo. Y es que a veces las preguntas son más importantes que las respuestas.
Este tipo de aprendizaje se basa en hacer cosas, cometer errores, experimentar, suscitar preguntas y dudas, etc. Pero el mero hecho de jugar o experimentar no siempre supone un aprendizaje. Para que nuestros alumnos gocen de un aprendizaje significativo, necesitamos hacerles reflexionar sobre lo que están haciendo, “¿lo estás haciendo bien? ¿por qué lo haces? ¿es importante para ti?”. Por eso, no debemos confundir el aprendizaje práctico con el aprendizaje experiencial.
En el aprendizaje experiencial, la enseñanza proviene de las experiencias vitales, es decir, nos preparamos para la vida a base de vivirla. El enfoque básico de esta metodología es el constructivismo, ya que el aprendizaje se crea a través de la interacción con el medio y la interacción con los otros, haciendo de lo aprendido un acto significativo. Transformar la mera información en experiencia es la estructura de la construcción del aprendizaje humano.
Está científicamente comprobado que el grado de interacción del alumno respecto al objeto de estudio es directamente proporcional al grado de aprendizaje que obtiene. Es decir, si tú, como profesor, decides explicarle oralmente a uno de tus alumnos cómo se hace un nudo, probablemente se vaya a casa sin saber hacerlo. Si a otro alumno le dejamos probar a hacer él mismo el nudo siguiendo nuestras instrucciones, acabará por lograrlo. Pero, si a un último alumno le explicas cómo se hace, le dejas el nudo y le dices: “Marta, tienes que enseñarle a hacer el nudo a tus dos compañeros”. Pues resulta que Marta va a asegurarse de ser la mejor estudiante en lo que a hacer nudos se refiere y, si no es así, acabará por serlo tras tratar de explicarle el procedimiento a los otros.
La educación en valores
Cuando lo que se busca es potenciar la enseñanza actitudinal a partir del aprendizaje de valores, la educación experiencial puede ser una gran herramienta. Como educador puedes emplear la gestión de emociones, los role-playing, la narrativa, etc, para ejercitar la empatía de tus alumnos y que puedan ponerse en los zapatos de otras personas, sentir a través de ellas y experimentar sus emociones para poder construir sus propias ideas.
El desarrollo integral de la persona depende en gran medida de sus habilidades de comunicación, trabajo grupal e inteligencia emocional (que es sumamente importante para nuestra felicidad, según expertos como Daniel Goleman).
Gamificación
La gamificación proviene de la palabra inglesa “game”, que significa jugar. Es decir, se basa en el aprendizaje a través del juego. Los eventos lúdicos o las actividades que resultan divertidas a los alumnos, generan experiencias positivas que, a su vez, producen emociones en nuestros niños y niñas. Esas emociones, relacionadas con el juego y los objetos didácticos aprendidos, nos ayudan a memorizar los conocimientos.
¿Te acuerdas de esas odiosas tardes sentado enfrente de un mapa de España preguntándote para qué quieres saber por dónde pasa el Tajo? Pues esas preguntas no tienen que hacérselas los niños y niñas que tengan la suerte de asistir a un colegio que apueste por la gamificación. Como metodología, apuesta por un aprendizaje relevante y busca de forma creativa como convertir lo didáctico en didáctico y divertido. No siempre es fácil, pero lo que es divertido para los alumnos lo es para nosotros, los profesores. Y es que dar la lección siempre de la misma manera ya sabemos que aburre a cualquiera.
Por otro lado, debemos recordar que el juego forma parte del desarrollo vital del ser humano. Sí, sí, no solo del niño o niña, del adulto también. De hecho, es un derecho humano de la DUDH. En el caso de los más jóvenes, el juego también atraviesa diferentes fases, las cuales dependen de la etapa en la que se halla la persona: juego sensoriomotriz para los más peques, juego simbólico, juego reglado… cada cual se adapta de mejor forma a cada edad y cada cual nos regala un aprendizaje diferente y muy relacionado con el desempeño vital. Aun cuando crecemos, seguimos jugando, ya se trate de deportes, juegos de cartas, juegos de ingenio… No solo es el juego una manera de aprender, sino que es algo inherente a la vida que bajo ningún concepto puede serle negado a nadie, puesto que es la manifestación de gozo más pura y desinteresada del ser humano.
La reflexión
Podemos llevar a cabo experiencias educativas que posibiliten el aprendizaje experiencial, pero, como he indicado con anterioridad, realizar un ejercicio práctico no implica que tu alumno o alumna vaya a extraer un aprendizaje significativo de esa experiencia. La reflexión consiste en, tras exponer al alumno a una experiencia interactiva, actuar como facilitadores para que él mismo pueda analizar lo vivido y procesar sus conclusiones para poder construir su conocimiento.
Pongamos como ejemplo que proponemos en clase una actividad que consiste en la elaboración de contenedores de reciclaje para el centro y la recogida de desperdicios. Si simplemente le dices a tus alumnos que hagan eso y punto, pues acabarán por saber que hay que agacharse para recoger un papel y que si juntas varios cartones puedes formar una caja. Sin embargo, si antes, durante y después, logras que los alumnos reflexionen sobre lo que hacen y lo que sienten, podrán sacar ciertas conclusiones. “¿Has visto cuánta basura se genera en solo cuestión de un día?” “¿Cómo crees que afectará el reciclaje al medioambiente?” “¿Cómo te sientes cuando logras que otras personas también reciclen?”… El mismo ejemplo puede usarse para cualquier actividad, cualquier contexto puede ser educativo si se enfoca de la manera adecuada.
Las experiencias educativas basadas en la innovación destacan especialmente en la actualidad, sobre todo la gamificación, y constituyen un aliciente para nosotros a la hora de ver en la cara de nuestros alumnos su motivación por aprender.
Muy buen articulo. Coincido al 100%
Estas son herramientas fundamentales para educar a alumnos, hijos, colegas y hasta clientes.
Aprender y educar de esta forma es clave para el mundo de hoy!
Nicolas me alegro de coincidir en esta forma de plantear la educación. Nos enfrentamos a un futuro donde el cambio va a ser una constante, debemos preparar a los alumnos para que sean su mejor versión y tengan habilidades acordes a las necesidades del futuro.