
Cada vez se escucha con mayor frecuencia en el entorno educativo que tenemos que preparar a nuestros alumnos para el futuro.
Los alumnos que tenemos en nuestros centros educativos no sólo cambiarán varias veces de trabajo, también cambiarán de especialización, utilizarán tecnologías que todavía no han sido creadas y resolverán problemas que no somos capaces ni de imaginar.
Nadie puede adivinar cómo será el futuro, predecirlo es muy difícil. Lo único que podemos saber es que el mundo cambia ahora más rápido que nunca antes en el pasado. El mundo es más complejo, más incierto y más cambiante.
Lo complejo de todo esto es que la sociedad no está mentalizada y el sistema educativo tampoco lo está viendo.
Anteriormente el consejo: “saca buenas notas, haz una carrera universitaria y dedícate a un trabajo que te proporcione un nivel de vida aceptable y quizá también prestigio” solía funcionar. Pero este consejo hace unos años que quedó desfasado.
Esta consejo lo que pautaba era que si se te daban bien las matemáticas, tenías que ser ingeniero; si se te daban bien las ciencias, tenías que estudiar medicina; o si lo tuyo era lengua e historia te decantabas por ser abogado.
El consejo, como bien sabes, ya no funciona y lo peor es que esa forma de orientarse en la búsqueda de una carrera, teniendo en cuenta una simple experiencia, en muchos casos lo que hace es enfocarte hacia una mentalidad fija.
Esto es lo que puede ocurrir con el paso por el sistema educativo, siguiendo con esta forma de actuar. Lo que conseguimos es que nuestros alumnos se dediquen a buscar en qué son buenos y no van más allá.
Y esto tiene una consecuencia, que si te dedicas a buscar en qué eres bueno, por el camino descubres muchas otras cosas en las que no eres tan bueno. Descubrimos nuestros límites…
Esto quizá te puede resultar familiar, quizá tu creas que eres bueno en letras, pero eso te lleva a pensar que no eres bueno en números y esto es alimentado conforme vas avanzando por el sistema educativo.
Este mismo resultado ocurre con tus alumnos, poco a poco se van etiquetando, pueden ser etiquetados por sí mismos o por sus profesores y entorno más cercano…
Esta tendencia educativa nos lleva a pensar que la inteligencia viene de serie y, por tanto, solo te “centras” en lo que se te da bien para descubrir a qué dedicarte .
Con esta perspectiva fija de la inteligencia, el error es visto como algo negativo, el error te avisa de que has llegado a tu límite, que hay algo a lo que no puedes acceder y por tanto lo más frecuente es abandonar ante la menor adversidad.
Como he comentado al principio, no sabemos cómo será el futuro, pero lo que tenemos claro es que el cambio será la constante, y la consecuencia es que se deberá aprender de manera continua.
Por ello, enfocar desde los entornos educativos a nuestros alumnos hacia una visión de su inteligencia como fija, perjudica poder enfrentarse a los cambios.
Y lo peor de todo esto es que muchas veces los educadores enfocamos a nuestros alumnos hacia una percepción fija de su inteligencia de manera inconsciente.
Por ejemplo: cuando en nuestra clase entregamos un elogio a un alumno por lo rápido que ha terminado, este tipo de elogio lo enfoca a él y a sus compañeros a pensar que si no lo hacen rápido, no está correcto y los lleva a pensar que no son lo suficientemente inteligentes…
Otra situación es nuestra tendencia subjetiva a considerar que unos alumnos tienen más potencial que otros (esto sucede a veces de manera inconsciente) y esto nos lleva a tratar de manera diferente a unos y otros.
Por ejemplo: hay algunos alumnos a los que felicitamos por su esfuerzo y esto puede llevarles a considerar esa felicitación como un premio de consolación, con lo cual el esfuerzo se ve como algo negativo…
¿Y a ti? ¿Te gustaría preparar a tus alumnos para el futuro?
Déjame tus impresiones en los comentarios y, sobre todo, sigue aprendiendo sobre este tema en el artículo que continua esta serie: Un cambio de reglas en la educación, donde seguimos hablando sobre el futuro de nuestras clases 😉
Jaunito, por su puesto que esa es la tarea del educardor, preparar para el futuro, para que pueda dare solución a los problemas que se presenta en su contexto. De hechos su material me esta sirviendo una muchisimo para hacer la revolución en el aula.
Que dios le de esa fortaleza, para que me siga alimentando con esa disrupción en la educaión.
Gracias.