¿Te imaginas que tus alumnos llegasen a tus clases con el interés puesto en ser su mejor versión?
Creo que este es un propósito que perseguimos los que nos dedicamos a la educación.
Por ello, investigamos, probamos y diseñamos experiencias de aprendizaje que impliquen a los alumnos en el aprendizaje, pero hay una cosa muy importante que por desconocimiento dejamos pasar desapercibida.
Me estoy refiriendo a la mentalidad de nuestros alumnos.
Podemos crear un camino de aprendizaje basado en retos o un camino de aprendizaje gamificado como vimos en este artículo.
Pero para que estas propuestas funcionen necesitamos trabajar la mentalidad de crecimiento en nuestros alumnos.
Una historia sobre el poder de la mente.
El 6 de mayo de 1954 caía una de las barreras míticas del atletismo: los cuatro minutos en la milla (1.609 metros), la prueba clásica del medio fondo.
El protagonista de la hazaña fue un joven estudiante de medicina, Roger Bannister.
Este joven dejó el crono en 3:59,4 rompiendo lo que se consideraba la barrera humana.
Tan solo 46 días después, la marca fue arrebatada por el australiano John Landy y desde entonces esa barrera considerada “infranqueable” ha sido batida cada cierto tiempo en varias ocasiones.
Cuando Roger superó la marca, muchos cambiaron su forma de pensar, lo consideraron posible y por ello también la batieron.
No fue su técnica lo que cambió, ni su forma física, lo que cambió fue su forma de pensar.
Cada día repetimos alrededor del 90% de los pensamientos del día anterior y al hacerlo, creamos un guión para el próximo capítulo de nuestra vida
Sergio Fernández “Vivir con abundancia”
Por lo tanto la manera cómo piensas y de cómo piensan tus alumnos es la responsable de los resultados.
Un dato importante.
Después de examinar más de 50000 estudios, en los que intervinieron más de 240 millones de alumnos de todo el mundo, John Hattie (2012), identificó y clasificó las 150 influencias más relevantes sobre el aprendizaje.
Situándose en la primera posición las expectativas del alumno: Las creencias propias sobre su rendimiento académico, muchas veces basadas en experiencias previas negativas, influyen de forma extraordinaria en su aprendizaje. (Ver artículo)
La mentalidad de crecimiento.
En otro artículo, he contado por qué tus alumnos necesitan una mentalidad de crecimiento.
Y como cuenta Carol Dweck, en su libro “Mindset: La actitud del éxito”, en un estudio donde analizaron la mentalidad de los alumnos cuando realizaban la transición al instituto encontraron que solamente los alumnos con mentalidad fija tuvieron un descenso en sus calificaciones. Los alumnos con mentalidad de crecimiento lograron mejores calificaciones.
Todo esto teniendo en cuenta que cuando entraron al instituto, no había grandes diferencias en sus calificaciones previas. En el periodo previo al instituto habían conseguido calificaciones muy similares.
Las diferencias aparecen cuando llegan desafíos mayores en el instituto.
Por ello la importancia de desarrollar la mentalidad de crecimiento, favoreciendo una cultura de desafío en el aula.
Hábitos de la mentalidad de crecimiento para crear una cultura de desafío en el aula
Los desafíos son parte de nuestra vida y forman parte del aprendizaje, si queremos que nuestros alumnos puedan tener éxito en aquello que se proponen, necesitan tener una mentalidad de crecimiento.
Una cultura de desafío en el aula favorece que los alumnos pongan dirección en la mentalidad de crecimiento y para ello hay que cultivar los siguientes hábitos:
1) Comprender que el esfuerzo es el camino hacia la maestría.
Hacer a tus alumnos conscientes de la relación entre el esfuerzo y el crecimiento, pero dejando claro que el esfuerzo por sí solo no es suficiente.
Para ello, como explica Mike Gershon en su libro “How to develop growth mindsets in the classroom”, tienes que hacer ver a tus alumnos que el esfuerzo es como un vector, necesita tamaño y dirección.
Mike propone que para ver la diferencia entre esfuerzo útil y esfuerzo inútil, puedes plantear la diferencia entre una persona que corre en un punto fijo y una persona que corre hacia una meta.
Las dos están invirtiendo la misma cantidad de energía, pero la utilidad de la energía es muy diferente.
Esta es una buena metáfora para que tus alumnos entiendan la diferencia entre el esfuerzo útil y el esfuerzo inútil.
2) Ver los errores como algo de lo que se puede aprender.
Esto se acompaña de la creencia de que el fallo no es el final. Por lo tanto, se puede aprender del error, conseguir nuevos conocimientos e intentarlo de nuevo.
Dentro de un aula con cultura desafiante, nuestro rol como acompañantes (coach educativos) es crear propuestas que hagan a los alumnos salir de su zona de confort.
Por lo tanto el error es posible y necesario, ya que de esos errores es de donde se obtiene el aprendizaje para seguir creciendo.
Es muy importante dar otro significado a la palabra error.
3) Aceptar el feedback o retroalimentación como información que puedes utilizar para mejorar.
Las personas con mentalidad fija tienen la característica de creer que la inteligencia, las habilidades y los talentos no se pueden desarrollar. Esto genera que cualquier feedback recibido sea visto como una evidencia de algo a lo que no se puede llegar.
Al cultivar una cultura de desafío en el aula, tienes que mostrar el valor que tiene un buen feedback y que aprovechar estos consejos nos ayudan a ser mejores.
Los alumnos que muestran una mentalidad de crecimiento reciben con entusiasmo el feedback ya que, con este tipo de comentarios, entienden que son una ayuda y les estimula a hacer un trabajo mejor.
Un consejo para introducir la mentalidad crecimiento en el aula.
En este blog he hablado con frecuencia del poder de las historias. Los seres humanos tenemos la capacidad de empatizar y por eso nos mueven las buenas historias.
En la sociedad actual, estamos acostumbrados a alegrarnos por el éxito de los personajes famosos que consiguen algún logro.
Pero en los medios de comunicación sólo aparecen los momentos de gloria, únicamente aparece el final del camino. Por ello pensamos que los propósitos son instantáneos y aquellos que alcanzan lo que se proponen es gracias a un talento.
Para romper estas creencias e impulsar a tus alumnos hacia una mentalidad de crecimiento, es muy útil compartirles historias del camino previo de personas que han alcanzado el éxito.
Aquí te dejo un ejemplo de la historia del camino antes del éxito de Michael Jordan.
Si queremos preparar a nuestros alumnos para un futuro en donde el cambio es la normalidad, tenemos que poner foco en que nuestras experiencias de aprendizaje les ayuden a entrenar una mentalidad de crecimiento.
De esta manera los preparamos para que se puedan enfrentar a grandes desafíos y puedan luchar por ser su mejor versión.
¿Qué te parece esta propuesta? ¿Crees que poner foco en la mentalidad de crecimiento es un complemento necesario a tus experiencias de aprendizaje?
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