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La verdadera finalidad de una propuesta de aprendizaje gamificada es generar un cambio, un cambio de percepción del aprendizaje, un cambio del clima de aula, una cambio en mentalidad de nuestros alumnos…
Gamificación no es juego, es crear un contexto de aprendizaje que parece un juego.
Para que una gamificación tenga sentido hay que utilizar mecánicas, dinámicas y elementos de los juegos con la finalidad de promover un cambio, de generar motivación intrínseca hacia el aprendizaje.
Y en este artículo quiero hablar del cambio y para ello sigo la referencia de lo compartido por los hermanos Chip y Dan Heath en su libro: “Cambia el chip”.
Los dos sistemas de nuestro cerebro.
Lo primero que tienes que comprender es que en nuestro cerebro se compone de dos sistemas independientes que funcionan de manera simultánea.
Por un lado está la parte emocional, la parte instintiva, la que siente dolor y placer.
Por otro lado la parte racional, el sistema consciente o reflexivo, la parte que delibera, analiza y mira al futuro.
Para que puedas comprender mejor estos sistema te invito a visualizar la metáfora que propone Jonathan Haidt en “The happiness Hypothesis”.
El autor compara la parte emocional con un elefante y la parte racional con un jinete, por lo tanto nuestro cerebro, viene pareciéndose a un jinete a lomos de un elefante.
Ventajas y debilidades de nuestro cerebro.
Las características de los sistemas de nuestro cerebro debemos conocerlas en el mundo educativo para poder crear propuestas que tengan sentido.
La debilidad del elefante (sistema emocional) es clara, es caprichoso y perezoso, prefiere la gratificación inmediata a la gratificación a largo plazo. Por el contrario la fortaleza del jinete (sistema racional) es capacidad de pensar en el largo plazo, de planificar.
El elefante también tiene su aspecto positivo, su territorio es la parte emocional, el elefante aporta energía y determinación para conseguir un propósito. Opuestamente el jinete tiene una tendencia a analizar y pensar una cosa en exceso.
Por ello si queremos conseguir cambios tenemos que apelar a los dos sistemas:
El jinete aporta planificación y el elefante aporta energía.

Tres propuestas que promueven el cambio.
Para conseguir un cambio en la percepción del aprendizaje que tienen nuestros alumnos, necesitamos tener en cuenta tres propuestas: Dirigir al jinete, motivar al elefante y allanar el camino.
Dirigir al jinete de nuestros alumnos:
Muchas veces lo que parece resistencia por parte de nuestros alumnos, simplemente es falta de claridad. Por lo tanto tienes que proporcionar una dirección clara del proceso a seguir para alcanzar el aprendizaje.
En educación nuestros alumnos tienen que tener claros aquellas acciones y comportamientos claves, si el jinete de tus alumnos no tiene claro los pasos principales a seguir, entrará en parálisis por análisis.
Además de los pasos, también debe tener una visión clara de hacia dónde se dirige, una meta de aprendizaje bien establecida ofrece claridad al jinete y además motiva al elefante.
Motivar al elefante de nuestros alumnos:
Lo que tenemos que tener claro es que muchas veces lo que parece pereza es agotamiento en tus alumnos. El jinete no puede seguir su camino, dominando al elefante, por mucho tiempo. Por lo tanto es fundamental llegar al lado emocional de las personas, arrastrar a los elefantes hacia el camino y conseguir que cooperen.
Promover emociones positivas en nuestras experiencias de aprendizaje provoca una predisposición a la tarea, además utilizando una buena narrativa, podemos hacer que nuestros alumnos se identifiquen dentro de un grupo, sienten que pertenecen a un clan y tienen que actuar acorde a ello, esto les hace sentir orgullo.
Por otro lado también se puede aprovechar el impulso de las emociones negativas. Mostrar a los alumnos una gran verdad, puede generar en ellos este tipo de emociones y al contrario de las emociones positivas, las negativas nos motivan para realizar acciones inmediatas: Salir corriendo, evitar algo o a alguien, agudizar nuestra atención…
En muchos casos nuestros alumnos no actúan porque el cambio no sigue el orden: Analizar-pensar-cambiar, sino más bien ver-sentir-cambiar.
Somos seres emocionales y nuestro cerebro tiene como función principal la supervivencia, en nuestras clases los alumnos no tienen que huir de un león, pero hay situaciones que el cerebro las interpreta de manera similar.
Crear propuestas donde prevalecen las emociones positivas ayuda a conseguir el máximo de cada alumno y si queremos generar otro tipo de cambios es muy interesante aprovechar la reacción de las emociones negativas, siempre que sea de una manera controlada por nuestra parte.
Allanar el camino de los dos sistemas de nuestros alumnos:
Muchas veces lo que parece un problema de la persona es un problema de la situación.
Siguiendo con la metáfora el jinete a lomos de un elefante de nuestros alumnos, éste tiene que seguir un recorrido, pero en muchos casos ese camino no favorece los comportamientos adecuados que buscamos favorecer en nuestras clases.
Por ejemplo: si queremos favorecer que nuestros alumnos lleguen puntuales vamos a establecer una rutina por en la que la última persona en acceder a clase tendrá que responder a una cuestión del día anterior. Deja claro que si todos entran a la hora correcta no habrá pregunta, así evitas también empujones a la entrada…
Otra cuestión que nos gusta ver en los alumnos es promover que vayan estudiando a diario, pero sabemos por experiencia propia que eso no sucede siempre, pero si nosotros creamos dentro de nuestra experiencia, uno o dos retos antes de la prueba final, que ellos conocen con antelación (pueden ser un escape room), los alumnos se preparan para superar esos retos.
Esto se incrementará si esos retos sirven para progresar dentro de la experiencia de aprendizaje y subir de nivel.
Para allanar el camino también es necesario conocer que nuestro cerebro busca reducir al máximo el gasto de energía y por ello los establecer buenos hábitos van a facilitar mucho el cambio y la mejora del rendimiento de tus alumnos.
Ya sabes aquí defendemos el entrenamiento de los hábitos de la mente en nuestras clases.
Diseñar con los dos sistemas en mente.
Te invito a reflexionar, espero que comprendas que para conseguir un cambio en tus alumnos, tienes que apelar a los dos sistemas.
Recuerda, el jinete aporta planificación y el elefante aporta energía.
Si llegas al jinete pero no llegas al elefante consigues comprensión pero sin motivación y si llegas al elefante pero no a sus jinetes tendrás pasión pero sin dirección. En ambos casos los errores resultan paralizantes para tus alumnos.
Además si el elefante y el jinete no coinciden en el camino a seguir, hay un problema.
Esta forma de ver el diseño rompe con nuestras creencias sobre la educación, siempre hemos puesto el foco únicamente en la parte racional, pero la neurociencia nos demuestra que los seres humanos somos seres racionales que nos emocionamos y estas emociones tienen un gran poder en nuestro aprendizaje.
¿Qué te parece? ¿Te anima a diseñar propuestas que apelen a los dos sistemas de tus alumnos?
Simplemente dejaros por escrito mi felicitación por mantener esa motivación que nos transmitís y hacéis llegar en vuestros artículos. Nunca había conocido a nadie que me recomendara tantos libros que me apetezca comprar ya. En estos tiempos de lecturas fáciles y rendirse a lo evidente, es palpable la emoción y la energía positiva que contagias, tan necesaria para impulsarnos al afrontar los retos que nos plantea el aula día a día. Muchas gracias por subir el listón.
Hola Raquel! Muchísimas gracias por tus palabras, nos encanta lo que hacemos y confiamos que la profesión de todos los que nos dedicamos a la educación, tiene una gran influencia en el cambio, tenemos en nuestras manos preparar a los futuros inventores, creadores, gestores, médicos, políticos, educadores… Somos la profesión del cambio y por ello tenemos que transmitir ilusión por lo que hacemos. Un fuerte abrazo