
Hacerse preguntas y plantearse problemas es uno de los hábitos de la mente, este hábito es la base de la creatividad y si eres capaz de hacerte buenas preguntas, encontrarás grandes respuestas.
La capacidad de hacer buenas preguntas está poco valorada, pero es una de las pocas cosas que no puede hacer Google, con lo cual creo que es de las cosas que revalorizan a los humanos.
Lo interesante de formularte preguntas es que te permite activar tu maquinaria inconsciente.
Nuestro aliado: el S.A.R.A.
Nuestro cerebro siempre trabaja de manera eficiente en búsqueda de respuestas. Las respuestas no llegan de manera inmediata, pero las preguntas ponen en aviso al sistema activador reticular ascendente (S.A.R.A).
Este sistema actúa de filtro de la información y nos permite no caer colapsados ante los miles de estímulos a los que nos enfrentamos a cada instante.
El S.A.R.A es el responsable de que cuando te compras un coche nuevo “de repente” todo el mundo también se compre ese coche y lo veas por todas partes, o que cuando te quedas embarazada, encuentras embarazadas por todas partes.
Dar dirección al S.A.R.A.
Si tenemos un foco claro podemos programar nuestro S.A.R.A. como si se tratase de un GPS.
En este caso, siguiendo las 7 preguntas exploratorias que propone Miguel Ángel Romero, nos dan dirección y aquí te propongo mi adaptación para que puedas diseñar experiencias de aprendizaje de manera efectiva.
Establecer el sentido.
Las primeras preguntas que te quiero proponer sirven para indicar la dirección final.
Comúnmente cuando planificamos una experiencia de aprendizaje, se suele empezar por los contenidos.
Aquí te propongo empezar por:
¿Por qué?
Tienes que tener claro por qué es necesario que tus alumnos tienen que aprender lo que vas a proponer en tu experiencia. Teniendo en cuenta las causas que lo hacen necesario.
Tus alumnos (al igual que hacemos todos cuando vamos a una formación) siempre tienen en mente: ¿por qué tengo que aprender esto? Si somos capaces de tener una respuesta desde el principio empezaremos con buen pie nuestra experiencia.
¿Quienes?
Tenemos que conocer a quien nos dirigimos, conocer a nuestros alumnos, sus intereses, sus gustos, las experiencias y conocimientos previos.
Esto nos permitirá, cuando empecemos a crear los contenidos, poder adaptarlos a ellos y ligarlos a sus intereses.
¿Para qué?
No confundir con el ¿por qué? (causa), aquí tienes que centrarte en los beneficios futuros que obtendrán tus alumnos después de superar tu formación.
Establecer los contenidos y la duración.
En la mayoría de los casos los contenidos los tenemos claros, están en el currículo, pero dependiendo del tiempo disponible y de la importancia que le demos a cada contenido podrá variar la forma de entregarlos.
Recuerda que donde marcas la diferencia como diseñador de experiencias es en la forma de entregar los contenidos.
¿Cuanto tiempo?
Has establecido unos beneficios que se llevarán los alumnos, ahora viene el tiempo que necesitas para poder entregar una formación que permita obtener ese resultado.
¿Qué? Y ¿Cómo?
Los “qués” los tenemos claros, son los contenidos. El tiempo no afecta a los contenidos, afecta a cómo los entregamos.
Un mismo contenido lo podemos explicar, podemos pedir a los alumnos que investiguen ese contenido y entre todos llegar a un acuerdo común, podemos realizar una dinámica y que luego los alumnos reflexionen sobre la experiencia y extraigan los conceptos…
Cuanta mayor claridad tienes en los beneficios, en las causas por las que tienen que aprenderlo y mejor conoces a tus alumnos, mejores ideas te llegarán para poder crear “cómos” más atractivos.
Establecer tu disposición.
Aquí te enfocas en ti, tus valores, tu entusiasmo, tus pasiones…
Tienes que establecer tu disposición hacia la experiencias que quieres enseñar.
¿Desde dónde?
Esta pregunta te ayudará a centrarte, no es lo mismo enseñar unos contenidos desde el rol de “porque lo pone en el currículo”, que desde la disposición de ayudar a los alumnos a que sean su mejor versión, o desde tu interés por transmitir la importancia de las matemáticas, o desde tu pasión por los juegos…
Para esta disposición puede interesarte conocer las 3 pasiones del educador.
Y es importante tener en cuenta que, esta disposición puede darte energía o puede debilitarte y, tus alumnos sufrirán o agradecerán las consecuencias.
Escribe tus coordenadas.
Ahora es tu momento, tienes que elegir tu rumbo, con estas preguntas estableces una dirección y le das una meta a tu GPS. Por el camino pueden existir obstáculos, pero son elementos de aprendizaje y lo importante es que disfrutes del proceso.
Y qué me dices ¿Te atreves a explorar estas preguntas?
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